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La ideación suicida es el resultado del sufrimiento percibido por la persona, sobre algo que le pareció difícil de afrontar e imposible superar.

Generalmente, la idea suicida proviene de pensamientos y sentimientos de dolor, perdida, rechazo, vergüenza, culpa, soledad, entre otros. Dichos sentimientos atormentan a la persona, a tal grado de creer que la única solución a su malestar es la muerte.

Las ideas suicidas no siempre pueden ser detectadas, es decir que familiares y amigos cercanos podrían no darse cuenta de lo que puede llegar a suceder; sin embargo, sí existen ciertas alertas que pueden indicar que una persona necesita ayuda.

Cabe destacar que un suicidio, involucra una acumulación de alertas interrelacionadas, una o dos no siempre conllevaran al suicidio; mas no pueden dejarse de lado.


Alertas sobre las que necesitamos prestar atención

* Desmotivación: La persona menciona que no le encuentra sentido a la vida, nada ni nadie les genera una motivación; cuando algo sucede ven únicamente lo negativo, su centro de atención son los fracasos y decepciones y consideran que nunca podrán ser felices.

* Desvalorización: Creen que no son capaces de hacer las cosas, no confían en sus propias capacidades; sienten que no valen nada para las demás personas, incluso para sí mismos. Se les dificulta pensar que su vida puede mejorar o consideran que no son personas útiles para la sociedad.

* Aislamiento: La mayor parte del tiempo buscan la soledad, sienten que nadie puede entenderles; no suelen comunicarse o expresar sus sentimientos con familiares o amigos, sienten que no pueden confiar en nadie y evitan tener contacto con las personas.

* Pérdidas significativas: El fallecimiento de un ser querido, rupturas amorosas, distancias significativas, pérdida de comunicación con parientes o amigos lejanos y tener el conocimiento que alguien cercano ya ha cometido suicidio los conducen a la ideación suicida.

* Entorno negativo: Se ven expuestos durante varias horas del día a ambientes tensos y llenos de discusiones; dentro de su hogar suelen pasar desapercibidos; son expuestos a presiones sociales; presentan bajo rendimiento académico; viven dentro de un ambiente de violencia personal o violencia hacia sus allegados; han sufrido abuso o maltrato.

* Abuso de sustancias: Tienden a ingerir alcohol y productos alucinógenos de forma constante; al momento de ingerirlos no tienen límites y dejan de hacerlo hasta que “Ya no sienten”, una vez termina su efecto buscan regresar a ese estado de cualquier forma; generan una adicción, suelen tomar riesgos que no parecen necesarios o conducen de forma inapropiada exponiendo su vida.

* Frases de escape: Generalmente son expresadas en forma de reclamo o tristeza, hablan de la idea de alejarse; mencionan que preferirían huir de la situación que les incomoda o preferirían no haber nacido, consideran que estarían mejor si murieran; piensan que los que le rodean estarían mejor sí no existiera, expresan que no tiene sentido seguir viviendo.

* Cambios físicos: Suelen perder el apetito, presentan alteraciones de sueño (pasan la mayor parte del tiempo dormidos o por el contrario les cuesta mucho dormir, sufren insomnio), Presentan lesiones en el cuerpo provocadas por sí mismos, poseen una enfermedad crónica que les causa mucho dolor.


Formas en las que podemos y debemos ayudar


Cuando tenemos el conocimiento que una persona está pasando por situaciones delicadas que requieren de una ayuda, es nuestro deber ayudarles, es necesario recordar que la vida de esta persona podría estar en juego.

Es importante saber reconocer las señales de alerta que estas personas presentan y actuar con la seriedad que merece, recordemos que no todos “podemos” o “sabemos” como sobrellevar una difícil situación, nuestro punto de vista y la forma en la que afrontamos las cosas no siempre pueden ser percibidas por las personas.

A continuación, presentamos una serie de acciones que si pueden marcar una diferencia en las personas que realmente lo necesitan:

* Conversar: Es importante hablar con la persona, hacerle ver que usted está ahí apoyándole; mostrarle abiertamente su preocupación por los cambios que ha visto, que esta persona pueda sentir que realmente le preocupa y que es importante en su vida. Es necesario mostrarles que hay más personas interesadas en su bienestar; al hablar sobre la situación que les preocupa puede ayudarle a ver posibles alternativas que probablemente aún no haya visto.


* Acompañar: Salir a lugares que le permitan distraerse, realizar actividades que disfruten (Juegos, lecturas, manualidades), hacerle ver su disposición de acompañarle en los momentos más difíciles.


* Comprender: Como hemos visto anteriormente, cada persona tiene su propia manera de afrontar las situaciones y su propia forma de percibir los problemas o dificultades; unos de mejor forma que otros; sin embargo, no podemos minimizar lo que las otras personas sienten, ni mucho menos pensar que por lo que están pasando es “poco”.


* Alertar: Además de actuar de forma inmediata al tener el conocimiento de la delicada situación que la persona está viviendo, es de suma importancia informar a sus seres queridos, ya que no siempre están enterados. Así mismo, si no hay forma de acercarse a sus seres queridos, siempre hay profesionales e instituciones que pueden apoyar en el momento indicado.



Frases que pueden marcar la diferencia

  1. “Realmente me importa, dígame en que puedo ayudarle”

  2. “Le veo diferente, le gustaría que hablemos”

  3. “Sabe que puede contar conmigo, cierto”

  4. “¿Hay algo que le preocupe?”

  5. “¿Hace mucho se siente así?”

  6. “Conozco un profesional que puede ayudarle, ¡Vamos le acompaño!”

  7. “Sé que no ve la salida a esta situación, pero juntos podemos encontrarla”

  8. “Como usted dice, puede que no comprenda lo que siente, pero quiero ayudarle

  9. “Llámeme, yo estoy aquí para usted”

  10. “Yo no puedo juzgarle, únicamente ayudarle”

  11. “Si no puede contármelo, hable con un profesional yo le llevo” Clínica Psicológica SIP - ¡Cambiando mentes, transformando vidas!

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